El Mercado Único podría considerarse el reto más importante propuesto por la Comisión Europea en las últimas décadas. Podría ser la herramienta que sirviese para construir una economía europea más fuerte y más justa y, consecuentemente, una forma de crear puestos de trabajo y crecimiento. El Mercado Único permitiría que la gente, los bienes, los servicios y el capital se muevan libremente por la Unión Europea de tal forma que se crearían nuevas oportunidades para ciudadanos, trabajadores, empresarios y consumidores.
La Comisión Europea ha debatido recientemente sobre el futuro de este proyecto analizando dos aspectos relacionados: la Estrategia de Mercado Interno, que intenta impulsar el intercambio de bienes y servicios entre fronteras, y el Paquete de Movilidad Laboral, que pretende promover la movilidad laboral a la vez que minimiza sus posibles consecuencias. Ambas iniciativas persiguen un mercado interno más profundo y más justo.
Los miembros de la Comisión han concluido que es necesario actuar de forma más intensa para desbloquear el pleno potencial del Mercado Único. De esta manera, los ciudadanos, empresarios y autoridades públicas podrán acceder a los bienes y servicios de mejor calidad, precio y servicio. Otras consecuencias suponen que el profesional podrá ofrecer servicios por toda la Unión Europea de forma rápida y cómoda, los emprendedores podrán innovar y expandirse, podrán florecer nuevos modelos de negocio y servicios y los retailers encontrarán más fácil establecerse, hacer negocio y entregar sus productos entre fronteras.
La necesidad de un Mercado Único se explica simplemente con las cifras: los consumidores europeos podrían ahorrarse casi 12.000 millones de euros al año si pudiesen comprar libremente sus productos online en cualquier país de la UE pero el 52 por ciento de las veces que un consumidor lo ha intentado, la venta se ha frustrado porque el comercio no sirve al país de origen. Además, solo el cuatro por ciento de los servicios online que se venden en la UE son transfronterizos.
La European Association of Perfume and Cosmetic Products (APCE) cree que este proyecto puede ser de gran ayuda para los pequeños y medianos fabricantes y distribuidores europeos, los profesionales y los artesanos del sector de la perfumería y la cosmética. El Mercado Único contribuye a que predominen el libre mercado y los derechos de los consumidores como principios clave en la Unión Europea.