Perfumería y cosmética

Origen, composición y percepción del perfume

Origen, composición y percepción del perfume

Origen, composición y percepción del perfume

La palabra perfume proviene del latín “per” (por) y “fumare” (a través del humo). Esto se debe a que en un principio, en la Edad Antigua, hacía referencia a la sustancia aromática que desprendía un humo fragante al quemar un producto.

El nacimiento del perfume no está demasiado claro pero se afirma que el perfume existe desde que existe el sentido del olfato. No obstante, tenemos que remontarnos hasta los tiempos del Antiguo Egipto y la cultura oriental para encontrar las primeras civilizaciones que comenzaron a jugar con los aromas.

Su uso lo heredan las siguientes culturas: la griega y la romana. La primera de ellas empieza a comercializar el perfume pero este solo estaba al alcance de unos pocos. Posteriormente, los romanos lo expanden a todos los sectores de la sociedad, usándolo para todo; incluso para los ejércitos.

Con la caída del Imperio romano empieza a desaparecer y es únicamente en Arabia donde se sigue con la tradición. Posteriormente, llegan las Cruzadas y con ellas el retorno del uso de los perfumes a Europa.

El perfume es una materia viva que está compuesta por agua desmineralizada, alcohol y esencias. Las esencias son las materias primas de los perfumes. Éstas se obtienen de plantas, frutas, maderas, etc. y son la base de las fragancias. Estas esencias deben estar macerando un determinado tiempo en alcohol para después eliminar las impurezas que se generan en el proceso de maceración.

 

piramide

El perfume tiene una estructura de 3 etapas. La primera es la nota de salida o cabeza, que constituye la primera impresión que nos da el perfume y su fin es impactar a quienes lo huelan. Comienza a percibirse a los 30 segundos de la aplicación de la fragancia y no dura más de 15 minutos. La segunda etapa es la nota media, que tiene los ingredientes principales de la fragancia y determina el espíritu real del perfume. Su aroma se aprecia minutos después de su aplicación y puede durar hasta cuatro horas. Finalmente, está la nota de fondo o base, que es la fijadora del perfume y permite que la fragancia huela por varias horas o días. Su función es fijar los componentes de las notas anteriores.

Los aromas son pequeñas moléculas volátiles que se disuelven tanto en agua como en aceite graso. Los aromas flotan en el aire y llegan a nuestra nariz donde podemos detectarlos. Vivimos sumergidos en un mundo de aromas invisibles.

Los aromas suspendidos en el aire se disuelven en la mucosa nasal y se transportan hasta las células receptoras situadas en el bulbo olfatorio. En ese bulbo olfatorio se encuentran receptores específicos para los aromas que, cuando interaccionan entre ellos, generan una señal eléctrica que se transmite al nervio olfativo. Esas señales llegan al sistema límbico, que se encarga de procesar y gestionar las respuestas. Una vez procesada la información en el sistema límbico, se almacena en el córtex cerebral. Se calcula que el 75 por ciento de nuestras emociones está relacionado con los olores.

Esa es, entre otras causas, la razón por la que los miembros de la European Association of Perfume and Cosmetic Products han querido volver a los tiempos en los que el olfato y el tacto primaban sobre marcas, anuncios y envases, y retomar las tradiciones de elaboración y envasado de los perfumes y los cosméticos. Los socios de la asociación han sabido adaptarse al consumidor del siglo XXI, que demanda máxima calidad, transparencia y gran poder de decisión, sin dejarse llevar únicamente por los mecanismos tradicionales de la publicidad del siglo XX.

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