Afeitarse

Afeitarse

Una de las grandes dudas que a todos los hombres les llega antes o después, es la de decidir si se deja crecer la barba, el bigote o continuar afeitándose. Normalmente esta pregunta surge una y otra vez a lo largo de una vida.

Siempre va a ver gente de tu alrededor, los que tendrán una clara incidencia en lo que al final se haga. Nos referimos a la pareja de uno, hijas si se tienen, y todos aquellos que se enteren de que uno se está planteando dejarse barba o bigote. Es llamativo, porque todos se creen con el derecho de poder opinar sobre esa cuestión que solo le afecta a uno. Pero bueno… Esto sería otro tema distinto a tratar.

Hoy vamos a detallar esos pasos que son necesarios para que el afeitado sea todo un éxito.

Tiene algo que ver para algunos con algo parecido a lo que sería una especie de ceremonia. Sin llegar a tanto quizás, lo cierto es que hay que cuidar una serie de pasos en el proceso, que te permitan disfrutar y conseguir un buen resultado.

En primer lugar, se recomienda que te concentres en lo que vas a hacer. No es cualquier cosa. En este momento vas a poner en valor tu habilidad para recortar y pasar cuchillas afiladas por sitios complicados. ¡Estate a lo que tienes que estar!

Tienes que optar por el sistema que vas a utilizar para que tu afeitado sea perfecto: cuchillas, máquina eléctrica o la navaja clásica. Estos son los más destacados cuando de rasurar una barba se trata.

La evolución en cada uno de estos sistemas es muy notable. La innovación tecnología desde hace mucho tiempo, se fijó en que la inversión en la mejora de estos instrumentos era muy rentable. Por ello, es muy frecuente ver en el mercado un día sí y otro no, nuevas versiones de cuchillas y máquinas que mejoran a las anteriores.

Sin lugar a dudas, el desarrollo y las mejoras continuarán. Son muchos los departamentos de I+D+I de muchas empresas del sector, los que están continuamente investigando para conseguir perfeccionar todos los elementos que se utilizan en un afeitado.

Esos sí, hay un sistema que poca transformación ha tenido, nos referimos a la navaja tradicional de una sola hoja que es la que en todas las barberías se utiliza para afeitar a los clientes. Posibles mejoras en la calidad del acero de la navaja, o en un mejor afilado por el uso de maquinas de afilado modernas, pero poco más.

Independientemente al sistema que utilices, lo principal es que el rostro lo prepares con antelación.

Ayuda el vapor que se genera tras la ducha. Te recomendamos que te afeites después de ducharte. Ese vapor que queda en el ambiente, ayuda a poner el pelo en sus mejores condiciones. Se puede reblandecer el pelo con una toalla húmeda previamente. Esto lo suelen hacer en las barberías antes de aplicar el jabón. Además, también existen lociones que preparan el pelo antes de comenzar el afeitado.

Tras acondicionar la superficie, el siguiente paso es el de aplicar un jabón, gel o espuma para que facilite el deslizamiento. En el caso de la máquina eléctrica, una loción previa de preparación del vello es la que se debería de aplicar.

Jabones y demás están en continua evolución. Su objetivo es que faciliten el paso de las cuchillas por todos los rincones del rostro.

Los más puristas, siempre refiriéndonos a los que usan cuchillas o navaja, se inclinan por la utilización de un jabón extendido con la ayuda de una brocha. Cuando se usa brocha, el factor tiempo hay que tenerlo en cuenta. Aunque se tenga una gran destreza en enjabonarse con brocha, lo normal es que se tarde algo más que solo utilizando los dedos y la palma de una mano.

Cuchillas y máquinas en perfectas condiciones. Unas cuchillas no bien afiladas, o una máquina eléctrica no bien limpia, pueden provocar daños en la piel. Las cuchillas cuando no se encuentran en buen uso, o han sufrido un mayor número de afeitados que los que pueden ser recomendables, pueden provocar irritaciones y riesgo de corte. Por ello, es importante recordar que las cuchillas tienen una duración; una cuchilla no dura toda una vida. La renovación evita posibles problemas y facilita un buen resultado.

Hay que fijarse el sentido del pelo, la dirección natural que tiene .Recomendamos una primera pasada a favor de la dirección de crecimiento. La primera pasada a contrapelo, siendo cierto que se obtiene un mayor grado de rasurado, puede provocar una mayor irritación en la piel por ser algo más traumático. Por ello, la primera pasada seria a favor de la dirección, y las restantes necesarias, a contrapelo.

El número de pasadas dependerá del tipo de barba que se tenga, si es abierta o cerrada. Si se trata de una barba cerrada, la densidad de pelo es mayor y por eso normalmente se tiene que optar por incrementar el número de veces que deben de pasarse las cuchillas.

Y a partir de aquí, entra en juego la propia habilidad que cada uno tenga. La presión de las cuchillas no es aconsejable. Actualmente, las cuchillas están diseñadas para que puedan apurar sin tener que ejercer demasiada presión. Recuerda que el deslizamiento tiene que ser suave y una mayor presión o la brusquedad en los giros, puede ocasionar que se produzcan problemas.

Cuando nos referimos a la habilidad, lo hacemos pensando en los recortes y nivelaciones en aquellas zonas en las que es necesario contar con un buen pulso y una vista amiga.

Tras finalizar el rasurado, procederemos a enjuagar la cara con agua caliente para abrir los poros; esto facilita la acción y los efectos del aftershave.

Elegir un aftershave. Existen en el mercado numerosas opciones. Todas tienen un mismo objetivo; el de limpiar y ayudar a que la piel se recomponga de la mejor manera al proceso invasivo del afeitado.

Independientemente de la elección que hagas de aftershave, nuestra recomendación es que también utilices una crema hidratante. Estas son buenas por definición, y más cuando a tu rostro lo sometes al afeitado de forma regular.

Tras finalizar la absorción del gel o el bálsamo, este sería un buen momento para que te aplicaras una buena crema hidratante. Y si no es en este momento, en cualquier otro.

Creemos que todos los pasos son importantes. Pero lo más importante es que te cuides. Y no tienes excusas para no hacerlo.